Si quieres cultivar buenas flores, primero debes aprender a preparar un suelo nutritivo, ¡ya que el suelo es la base de las flores!
A la hora de cultivar flores hay que elegir un buen suelo. Si no se elige bien el suelo, el riego posterior y el cuidado de las flores serán un fastidio. Si la cimentación no está bien hecha, el mantenimiento posterior será cada vez más difícil. Por lo tanto, la elección del suelo para el cultivo de flores se vuelve muy importante.

1. Moho de hoja
El mantillo de las hojas se obtiene en su mayor parte de los bosques de montaña. El moho de las hojas se forma por la descomposición y fermentación de más materia orgánica. Es el suelo formado por algunas ramas y hojas muertas en la superficie del suelo del bosque después de un largo período de descomposición y fermentación. El moho de las hojas tiene una textura suelta y es ácido. Contiene ricos nutrientes y tiene excelentes capacidades de retención de agua y fertilizantes. La desventaja es que su capacidad de drenaje es relativamente pobre, por lo que es mejor no usarlo solo cuando se cultivan flores.

2. Suelo de coníferas
También es relativamente fácil obtener suelo de coníferas. Es el suelo negro y gris debajo de varios pinos y cipreses. El suelo de las coníferas es ácido y tiene un contenido de nutrientes relativamente alto. Cava el suelo debajo del pino y encontrarás tierra negra que ha sido completamente descompuesta y fermentada. Puedes recolectar algunos y usarlos. Las piñas que caen debajo del árbol también son una buena opción.

3. Suelo de turba
Se forma por la acumulación continua de materia orgánica o en condiciones de inundación. El suelo ha sido carbonizado y es de color marrón oscuro. Es rico en materia orgánica y puede mejorar el suelo. Sin embargo, el suelo de turba no contiene muchos nutrientes, pero tiene una buena capacidad para retener agua. También contiene relativamente más ácido húmico de fibra, que se obtiene principalmente de valles de montaña, sedimentos de ríos y lagos y pantanos.

Aquí hay algunas recetas de tierra que recomiendo:
Flores que prefieren el ácido: 4 partes de tierra de agujas de pino, 4 partes de arena de río, 1 parte de tierra de jardín y 1 parte de fertilizante base.
Cactus: 2 partes de tierra de jardín, 3 partes de mantillo de hojas, 3 partes de arena gruesa, 1 parte de piedra caliza y 1 parte de baldosas rotas.
Plantas suculentas: 2 partes de tierra de jardín, 4 partes de arena gruesa, 3 partes de mantillo de hojas y 1 parte de fertilizante orgánico.

Lo mejor es desinfectar la tierra recogida de forma silvestre exponiéndola al sol antes de usarla. También se puede desinfectar directamente con carbendazima. Dado que el suelo en estado salvaje contiene más huevos de insectos o bacterias, es necesario desinfectarlo completamente antes de su uso.