Conocimientos básicos del cultivo de flores: suelo

El suelo utilizado para el cultivo de flores debe tener una buena estructura agregada, ser fértil, bien drenado y tener un pH adecuado. En el cultivo de flores, a menudo se utiliza suelo franco arenoso para especies con sistemas radiculares débiles, plantas bulbosas y plántulas de flores para facilitar el crecimiento de las raíces. Un suelo demasiado arenoso no favorece la retención de fertilizantes ni de humedad y se puede mezclar con tierra arcillosa o de humus; un suelo demasiado pegajoso tiene un drenaje deficiente, lo que a menudo provoca falta de aire y pudrición de las raíces, especialmente en bulbos y flores perennes, que no se deben encharcar y se pueden mejorar añadiendo arena de río o ceniza de paja gruesa.

Un suelo demasiado ácido o demasiado alcalino no favorece el crecimiento de las flores. La mayoría de las flores de campo abierto requieren un suelo casi neutro (pH alrededor de 7), mientras que las flores de invernadero prefieren un suelo ácido o ligeramente ácido (pH menor a 7). Algunas especies requieren un suelo con mayor acidez, como la azalea y la camelia, que requieren un pH de 4-5. Estas flores amarillean en suelos alcalinos o neutros. Se puede aplicar una cantidad adecuada de sulfato ferroso (alumbre negra) para aumentar la acidez del suelo. Por el contrario, si el suelo es demasiado ácido, puedes añadir una cantidad adecuada de cal o ceniza de madera para neutralizarlo.

El suelo suele contener diversos patógenos, por lo que es necesario desinfectarlo antes de plantar flores. El método de desinfección más simple es esparcir la tierra sobre el piso de cemento y exponerlo al sol durante 3 a 5 días en los días más calurosos del verano, y darle la vuelta con frecuencia. Se pueden esterilizar pequeñas cantidades con medicamentos o vapor.

En los últimos años, el cultivo sin suelo también ha comenzado a aplicarse en flores, como la hidroponía, el cultivo en arena, el cultivo en grava, la hidroponía en aerosol y la aeroponía. Los esquejes que se utilizan comúnmente para el cultivo de plántulas incluyen cultivos de arena y grava para rosas, jazmines y gardenias, e hidroponía de interior para narcisos, árboles de hoja perenne y jades de cristal. Aunque el cultivo sin suelo requiere una gran inversión, tiene un alto rendimiento, ahorra en el manejo del cultivo del suelo, reduce la aparición de enfermedades y plagas, favorece la industrialización de la producción de flores y tiene grandes perspectivas de desarrollo.

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